En el más reciente análisis económico de México, ¿Cómo Vamos?, con base en datos del INEGI, Tlaxcala ocupa una posición destacada como uno de los estados con menor inflación en el país, ubicándose en el penúltimo lugar de la tabla nacional con un 2.6% en abril de 2025.
De las 32 entidades federativas, Tlaxcala se posiciona en el lugar 31 del ranking inflacionario, apenas por encima de Baja California Sur, lo que representa un escenario económico particularmente desafiante para la entidad.
Esta ubicación, lejos de ser un motivo de celebración, evidencia una serie de retos estructurales que requieren atención inmediata por parte de las autoridades locales y estatales.
La baja posición en el ranking inflacionario sugiere una economía local con limitado dinamismo y menor capacidad de crecimiento. Expertos económicos interpretan este dato como un indicador de estancamiento económico, donde la contracción del consumo y la reducida actividad productiva mantienen los precios aparentemente controlados.
Los principales desafíos para Tlaxcala derivan directamente de esta posición:
Primero, la baja inflación puede ser resultado de una menor actividad económica, lo que implica menor generación de empleos, reducción en la inversión y un mercado interno poco dinámico. Esto significa que las familias tlaxcaltecas no solo enfrentan precios que crecen menos, sino también menos oportunidades de desarrollo económico.
Segundo, la posición 31 en el ranking revela una economía vulnerable, con sectores productivos que luchan por mantenerse competitivos. La falta de crecimiento en precios podría traducirse en estancamiento salarial, menor inversión y limitadas oportunidades para emprendedores locales.
Tercero, el contexto regional muestra un panorama complejo. Mientras estados vecinos como Puebla (3.6%) y Hidalgo (3.5%) presentan tasas de inflación más cercanas al promedio nacional, Tlaxcala se distancia con su 2.6%, lo que podría indicar problemas estructurales más profundos en su economía.
El reto fundamental es transformar esta aparente estabilidad de precios en un verdadero dinamismo económico. Las autoridades locales necesitan diseñar estrategias que impulsen la inversión, generen empleos de calidad y reactiven los sectores productivos más afectados.
La ubicación de Tlaxcala en el ranking inflacionario no es un logro, sino una señal de alerta. Requiere una revisión profunda de las políticas económicas, el fomento a la inversión y el desarrollo de estrategias que impulsen el crecimiento económico real.
Los tlaxcaltecas enfrentan el desafío de convertir esta baja inflación en una oportunidad de reactivación económica, mejora de condiciones laborales y generación de nuevas opciones de desarrollo para todas las familias de la entidad.
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