Ceniza para llevar a los miembros de la familia o la imposición presencial con guantes, sin tocar a las personas y en lugares abiertos, así es como la iglesia católica de Tlaxcala
intentó adaptarse a las nuevas condiciones que impone la pandemia por Covid-19 para no dejar de celebrar esta tradición que marca el inicio de la cuaresma.
Cada parroquia tuvo la decisión de realizar el Miércoles de Ceniza y buscar alternativas para llevarla a cabo buscando evitar aglomeraciones que supusieron riesgo de contagios de Covid-19.
En municipios como Zacatelco, el atrio de la parroquia de Santa Inés, se mantuvo cerrado por lo que los feligreses que acudieron al templo recibieron botecitos con la ceniza, por la reja que da al exterior de la iglesia.
En esa parroquia el equipo pastoral que se encargó de la distribución de la ceniza, exigió a quienes asistieron por ceniza para llevar que sólo se acercara un miembro por familia.
En ese lugar fue notoria la ausencia de los elementos de Protección Civil municipal, quien de acuerdo a la Diócesis de Tlaxcala, colaboraría para evitar cualquier tipo de problema con aglomeraciones y no se observaron señalizaciones para guardar la sana distancia ni indicaciones para quienes acudían.
Mientras tanto, en la capital del estado, a las afueras de la parroquia de San José, desde la mañana se acordonó la parte exterior y se marcaron los espacios para la sana distancia, para dar cumplimiento con las medidas sanitarias.
De acuerdo a Rosa N, quien formó parte del personal que apoyo en la repartición ceniza, se trató en todo momento de que el proceso que inició desde las 8 de la mañana fuera lo más fluido posible para evitar contagios de Covid-19.
Asimismo, dijo que se decidió que el rito para la imposición de la ceniza fuera transmitido en las redes sociales de la Diócesis o en su defecto de la parroquia, para que las familias católicas pudieran ser partícipes de esta conmemoración desde sus hogares.
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