Pareciera que el PRI le quiere poner en charola de plata la gubernatura a Morena.
Y es que ahora resulta que en la encuestas que, curiosamente, han empezado a circular recientemente, colocan a Minerva Hernández por encima de Anabell Ávalos en las preferencias del electorado.
Basta un simple ejercicio de memoria, lógica y seguimiento de sus trayectorias para ver que a todas luces la panista no goza de la simpatía del electorado que no olvida su declinación a favor del PAN la primera vez que se postuló a la gubernatura.
La reunión que sostuvo Minerva Hernández con el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno, ha generado ruido en el priismo tlaxcalteca, sobre todo porque la carta que apuntalaban desde el gobierno estatal, era el difunto Florentino Domínguez Ordóñez, pero dadas las condiciones es Anabell quien se convirtió en la otra carta para la candidatura al gobierno del estado.
Algo que llamó la atención a los priístas fue la sorpresiva firma de un pacto de civilidad del que no se había hablado anteriormente y que parecería un intento de empezar la operación cicatriz que dejaría heridas muy profundas, ya que los priístas saben que tienen una carta con posibilidades y los panistas saben que tienen menos posibles con la senadora.
Los priísta cercanos al líder estatal, Noé Rodríguez Roldán, señalan que no hay nada seguro en la alianza, sobre todo por que se juegan otros estados en las elecciones de junio.
Y advierten que la dirigencia nacional sopesa negociar con el PAN otro estado y dejar a Minerva Hernández a la cabeza a cambio de que ellos lleven mano en la candidatura en otra entidad.
Eso sería un suicidio y minaría el apoyo del priismo.
Al tiempo.
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