Derivado de los decesos ocasionados por el virus del SARS-COV2, el panteón de Santa Anita, en el municipio de Huamantla, continúa expandiéndose toda vez que a futuro serán necesarios nuevos espacios de perpetuidad.
Ello, pese a que en el año 2016, Huamantla había ingresado a la Red de Ciudades Sustentables, debido a que, tanto el Panteón de Jesús como el de Santa Anita, se encontraban al límite de su capacidad, por lo que de acuerdo al gobierno local, se hizo necesario empezar a promocionar la cultura de la cremación de cuerpos, misma que hasta la fecha, han omitido los ciudadanos.
Por dicha razón, José N., quien se desempeña como trabajador del panteón de Santa Anita, dijo que fue hace tres meses cuando la sala del velatorio del cementerio fue derrumbada, pues desde su construcción en el año 2015, aseguró que nunca fue utilizada y por el contrario, dicho espacio servirá para nuevas tumbas.
“Aquí todavía estamos por usos y costumbres, se acostumbra que cuando fallece alguien podemos pedir el permiso y cerramos la calle para velar a nuestros difuntos… yo le puedo decir que al menos desde hace cinco años que se construyó el velatorio, sólo vinieron a preguntarme dos veces, pero nada más” dijo.
Asimismo, informó que desde que acaeció el virus del Covid 19 en el Estado, y al ser el municipio huamantleco, uno de los más afectados por la pandemia, el número de difuntos que enterraba creció: “Normalmente enterraba de dos a tres muertos, pero desde que llegó esto, hubo una semana que si enterré como 15 muertitos, y eso, cuando esto recién empezó. ya ahorita como que se calmó tantito” expresó.
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