Los frentes políticos opositores a nivel nacional, concluyeron la selección de sus respectivas candidatas que los representarán en las próximas elecciones a efectuarse el 2 de junio del 2024. Por un lado, el “Frente Amplio por México” eligió a Bertha Xóchitl Gálvez Ruíz y “Juntos Hacemos Historia” a Claudia Sheinbaum Pardo; la primera logró ser la elegida a partir de declinaciones por parte quienes participaron en el proceso (al parecer sus declinaciones fueron forzadas, de acuerdo al reclamo de varios de ellos) y la segunda, por un proceso democrático mediante encuestas donde Marcelo Ebrard se inconformó por supuestas acciones anómalas, que hasta el momento no ha demostrado. A la fecha está creando un proyecto político denominado El Camino de México, aunque creo que se quedará en Morena, una frase popular dice mucho en este momento político: “Dónde puede ir que más valga”.
Por su parte el Instituto Nacional Electoral (INE) informó que se registraron 27 aspirantes independientes (2 mujeres y 25 hombres; 20 de ellos respaldados por organizaciones sociales). Entre ellos destacan, el actor y productor cinematográfico José Eduardo Verástegui Córdoba, líder del movimiento católico y ultraconservador “Viva México”; otro más, el exdirigente del Partido Encuentro Solidario (PES) Hugo Flores Cervantes, quien no pudo mantener el registro de su partido al siguiente año de su fundación (2020-2021) al no alcanzar el mínimo del 3 por ciento de votos; uno más, Ulises Ruiz Ortiz expriista y exgobernador del estado de Oaxaca (El Financiero 08/09/23). Todos ellos deberán lograr el apoyo del 1% de la Lista Nominal de Electores en por lo menos 17 entidades federativas a partir de que el INE emita la convocatoria, teniendo como límite el 6 de enero de 2024.
Recordemos, después de la Revolución mexicana el PRI 1946 (antes PRM 1938 y mucho antes PNR 1928) fue quien mantuvo una total hegemonía en la política nacional con gobiernos despóticos y autoritarios. Mientras tanto, los partidos de izquierda se enfrascaban en luchas internas, siendo hasta el gobierno de Lázaro Cárdenas cuando logran despuntar, sin embargo, seis años no les fueron suficiente. Es hasta el inicio del actual siglo cuando la izquierda toma presencia al ganar la jefatura de Gobierno del DF por parte de Andrés Manuel López Obrador, y se consolida, de alguna manera, con el triunfo de la presidencia nacional por parte del mismo personaje en 2018. Lo que veía la izquierda mexicana como utopía, se hizo realidad.
El control por parte del partido hegemónico (PRI) fue total, incluso se dio el lujo de permitir la creación de un partido opositor, Roger Bartra en su libro “La democracia ausente” señala: “el gobierno [priista] toleró, e incluso fomentó, la existencia de un partido que expresaba simbólicamente- y sólo simbólicamente- a la derecha: el Partido de Acción Nacional [fundado en 1939]”. Mismo que fue respaldado por la burguesía y pequeña burguesía representada por el grupo Monterrey, quien se presentaba institucionalmente a través de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), por la Industria de la Transformación (CANACINTRA) y el Consejo Coordinador Empresarial (CCE); además de integrarse banqueros y el alto Clero.
Es decir, el PAN nace como la contraparte ideológica del PRI, manteniéndose por muchos años como tal, pero sin triunfos. Es hasta con Vicente Fox y posteriormente con Felipe Calderón cuando logran quitarle el poder al PRI, mismo que lo recupera con Enrique Peña Nieto, sin embargo, los gobiernos de ambos partidos actúan bajo una actitud despótica, manipuladora, clientelista y autoritaria hacia la población mayoritaria y grupos indígenas; privilegiando los intereses de unos cuantos, principalmente empresarios y banqueros (nacionales y extranjeros). En consecuencia, la población ve como nueva y mejor alternativa en las elecciones de 2018 al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) quien propuso una ideología progresista, humanista y demócrata. El voto popular se desbordó a su favor.
Al perder los dos partidos el poder político, vieron la necesidad de recuperarlo a través de una alianza, a la que integraron a un disminuido PRD con principios ideológicos de izquierda, llamándole “Frente Amplio por México” y lidereado por el empresario Claudio X. González. Es decir, las discrepancias ideológicas y prácticas de cada uno de los tres partidos que integran la Alianza se disolvieron de un día para otro ¡sorprendente!
De las virtuales candidatas sabemos: Xóchitl, ingeniera en computación; con cargo en el periodo de Vicente Fox como Comisionada Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas; jefa de la delegación Miguel Hidalgo en la CDMX; actualmente senadora de la República (no ha querido renunciar o pedir permiso al Senado) además, designada por el Frente Amplio por México como candidata para las elecciones presidenciales en el 2024. Afirma ser indígena y honesta; surgir de la “cultura del esfuerzo” vendiendo gelatinas y así logra ser millonaria; niega pertenecer al PAN y tener afiliación política con algún otro partido. En sus discursos niega apoyar a los de menos recursos, sustentando que en lugar de recibir apoyos (jóvenes, adultos mayores, etc.) se deben integrar al trabajo; comparte la idea de mejorar la economía a través de la inversión privada tanto nacional como extranjera. Es decir, representa al grupo conservador que siempre ha tenido preferencias y concesiones para el grupo empresarial de élite (ella forma parte de él). En consecuencia, pretende darle continuidad al proyecto neoliberal con todo lo que implica: corrupción y grandes diferencias económicas entre la población mayoritaria y unos cuantos.
Por su parte, Claudia Sheinbaum es doctora en ingeniería ambiental, investigadora, académica, escritora e integrante de la Academia Mexicana de Ciencias. Es cofundadora de Morena; ocupó la secretaria del Medio Ambiente del antes Distrito Federal; jefa delegacional de Tlalpan y jefa de Gobierno de la CDMX (ya renunció a su cargo). Actualmente fue electa como Coordinadora de los Comités en Defensa de la Cuarta Transformación. Afirma mantener el proyecto de la 4T que a la fecha es aprobado por más del 60% de la población, según diferentes encuestadoras de reconocida seriedad e imparcialidad, y mejorarlo. Con su slogan “Unidad y Movilización” invita a la ciudadanía a integrarse al proyecto de regeneración y cambio. La critican por tener ascendencia judía.
Respecto a los aspirantes independientes, uno se destaca por sus ideas radicales de ultraderecha; otros por sus antecedentes de corrupción y los demás, totalmente desconocidos.
Las opciones están dadas. El Proceso Electoral Federal ya se inició el 7 de septiembre de 2023 para renovar el Congreso de la Unión y la presidencia de la República, además de 20 mil cargos políticos a nivel estatal y nacional. No me atrevo a decir que la moneda está en el aire entre las y los contendientes, las diferencias son radicales y evidentes, el género es lo de menos o… ¿Usted qué opina?
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