En México y Tlaxcala al parecer nos estamos acostumbrando a escuchar, ver o leer noticias o críticas sin sustento, razón y mucho menos, verdad. Sin embargo, se difunden como algo novedoso, incluso alarmante tanto en el ámbito social, político o económico. Lo lamentable es que algunos actuamos mecánicamente sin constatar su veracidad y las difundimos a través de las redes sociales u oralmente con los amigos, vecinos, familiares, etc., sin reflexionar los fines que persiguen o de quién o quiénes son los intereses tras esas noticias.
Sin embargo, considero que la mayoría de la población no es culpable, sí lo son las grandes empresas privadas tanto televisivas, radiofónicas y periodísticas. Es común que nos presenten noticias que causan alarma e incluso temor, sin embargo, pasa el tiempo y como decía un amigo: “no pasa nada”. Grandes mentiras.
En estos momentos vemos cómo algunos periodistas a nivel nacional se están enfrentando con el representante del poder ejecutivo y me pregunto ¿históricamente cuándo había sucedido? Salvo con dos presidentes: Madero y Cárdenas; los demás negociaron cómo debería ser presentada la información según sus intereses y pagando con nuestros impuestos. Incluso, en situaciones complejas del país, la mayoría de los medios de comunicación las convertían en broma o chascarrillo. Ahora les cuesta trabajo realizarlo ¿Será por ello su enfrentamiento con el ejecutivo?
Si evitamos la memoria corta, recordaremos que varios nos mintieron, manipularon y se atrevieron a ocultar las formas y maneras de como empresarios nacionales y extranjeros lograron grandes beneficios económicos. Sin embargo, cuando hablaron de los trabajadores mineros, educadores, electricistas, médicos y de otros gremios más, los consideraron irresponsables por realizar marchas, mítines y plantones públicos para exigir sus derechos. Un ejemplo fue Carlos Loret de Mola, quien bajo pretexto de que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación tenía una líder corrupta (Elba Esther Gordillo), acusó a todos los profesores de ser iguales a ella, además, de no cumplir con sus labores educativas. Logrando un desprestigio profesional y laboral de los docentes ante la opinión pública. Abriendo las puertas para efectuar la reforma educativa en 2012-2013 que se caracterizó por ser más laboral que educativa, afectando la economía de los mentores.
A nivel estatal “no cantan mal las rancheras”, algunos intelectuales, críticos e informadores al no tener la concesión actual de ser ellos los medios “oficiales”, ahora sí se dedican a ser críticos y depredadores del gobierno actual. Incluso, se atreven a decirles “hipócritas” a intelectuales e informadores que comulgan con la actual administración y con el proyecto nacional de la llamada 4T. Todo por no criticar la apertura de un bar en la parte alta del Museo de Arte en la capital tlaxcalteca.
Sin embargo, cuando un crítico, analista e informador anteponen su posición política en todo momento, laboral o no, puede ser entendible; empero, si lo hacen en determinados momentos cuando no son parte del poder, con una memoria histórica muy corta y con actitudes puritanas que para estos tiempos ya no corresponden, me parece falta de ética.
Hablando del Museo de Arte, pregunté a diez personas su opinión respecto al bar colocado en la parte superior del inmueble y seis de ellos no sabían que existía el museo. Es decir: ¡Un bar promovió la existencia de un museo! Eso es preocupante y no puede ser posible. La nueva Secretaría de Cultura del Estado de Tlaxcala debe asumir la responsabilidad de promover, difundir e informar de todos sus museos con que cuenta a nivel estado y que se supone, están dirigidos a la población en general. Posiblemente por ello en el próximo Torneo Mundial de Voleibol de Playa a desarrollarse en la capital del estado, colocarán una cancha frente al Museo de Arte (que por cierto resguarda una destacada colección de obras de Frida Kahlo) a ver si así, por lo menos, se da a conocer el museo por un acto deportivo y no por un bar.
Por último, nunca será aceptable ni entendible cualquier guerra y menos cuando ponen en riesgo la estabilidad mundial. Desgraciadamente a los graves problemas ambientales, contaminación, pobreza, hambruna, racismo y demás, ahora agregamos una guerra. Como siempre, auspiciada y protagonizada (sin realizarse en sus territorios propios) por las grandes potencias mundiales económicas.
Es decir, quienes se enfrentan son los más poderosos del mundo en todos los aspectos, menos en los derechos y valores humanos; salvo cuando los resaltan en sus discursos tratando de justificar su proceder. Y aunque los medios de comunicación nos quieran inducir a tomar partido del enfrentamiento, cualquier guerra no es un melodrama muy simplista de buenos contra malos. Es la barbarie de quienes se dicen haber logrado la cúspide de la civilización, mostrada en su potencial armamentista.
Con todo respeto a los líderes de las diferentes potencias mundiales, les falta voluntad política y capacidad de negociación, aunque sean las personas con mayor poder mundial. Se olvidan totalmente de quienes no tienen ninguna culpa de sus proyecciones personales y de sus intereses: los ciudadanos y en este caso de los habitantes de Ucrania, Donetsk y Luhansk. Sus egos intervencionistas basados en su capacidad económica y armamentista no justifican cualquier pérdida humana, ni los daños colaterales tanto sociales, políticos, económicos y ambientales generados por la guerra misma o… ¿Usted qué opina?
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