AgendaTlaxcala

A propósito de la clase media por Luis Pérez Cruz

Desde la Sociología columna por Luis Pérez Cruz
Dom. 27 de jun., 2021. 10:25 AM
Luis Pérez Cruz
agendatlaxcala
2889 lecturas | 0 comentarios
A propósito de la clase media por Luis Pérez Cruz

A un par de semanas de haber concluido las elecciones de mitad de sexenio y llevarse a cabo los comicios en la totalidad de la Cámara de Diputados, 15 gubernaturas, 30 Congresos locales, mil novecientos ayuntamientos y presidencias auxiliares o de comunidad; ello nos lleva a considerar que se eligieron más de 20 mil cargos.

          Por otra parte, el periodo fue una oportunidad para el empleo temporal, tanto en el INE y los OPL, como en los partidos políticos e incluso medios de comunicación; imaginemos el ejercito de promotores de los candidatos y partidos, sin duda representó para muchos un empleo que concluyó en este mes de junio.

          Después de la efervescencia electoral que nos inundó durante medio año y llamó la atención de los medios de comunicación, que también representó un crecimiento temporal de sus ingresos, pasemos a temas que no caducan y precisamos reflexionar, ya que forman parte de nuestra vida como sociedad.

          Después del 6 de junio, el tema de la clase media ha estado presente, el Presidente ha señalado el sentido del voto de acuerdo con la condición socioeconómica de los ciudadanos y asevero, considerando lo anterior, como un factor determinante para realizar una lectura de los resultados y explicar su orientación; realizó señalamientos explícitamente sobre la clase media, las respuestas al respecto no se hicieron esperar y las respuestas fueron muy variadas.

          Recordé que hace años hice una revisión del pensamiento del filósofo mexicano Samuel Ramos, quien nace en 1897 y muere en 1959, fue el principal promotor de la llamada filosofía de lo mexicano, de la introducción de filosofías diferentes al positivismo porfirista.

          Samuel Ramos, manifiesta, durante las décadas de 1920 y 1930, su desencanto no por la Revolución Mexicana, sino por los gobiernos que se suceden durante esas décadas, participando activamente en el movimiento vasconcelista de 1929, para refugiarse posteriormente en la filosofía y la academia; desde donde realiza críticas hacia lo que es el naciente nacionalismo posrevolucionario y su sustento ideológico. Asegura que a lo largo de nuestra historia hemos sustentado nuestra identidad en la imitación y no en la creación, escudando nuestro sentimiento de inferioridad, presente en nuestro actuar como sociedad.

          En su obra El perfil del hombre y la cultura en México de 1934, se inscribe en toda una corriente filosófica que está en la búsqueda de lo mexicano, de la identidad nacional, ya que después de la Revolución Mexicana se fue pergeñando un nacionalismo sustentado y exaltando los logros “monumentales” del movimiento que inició en 1910, con ello comienza toda una corriente crítica hacia la construcción oficial la identidad nacional, que tiene un fuerte carácter popular.

          Para la década de 1930 se confrontan dos perspectivas: una nacionalista y popular, sustentada en los beneficios sociales de la Revolución; otra crítica y cuestionadora de los principios del nacionalismo revolucionaria, ésta construida desde los gobiernos que se decían herederos del movimiento revolucionario.

          Ramos realiza una crítica muy fuerte al sustento ideológico de la identidad nacional, insistimos, con un fuerte soporte popular; esta crítica se realiza al conjunto de la sociedad, donde, básicamente, la clase media asume una actitud de rechazo hacia la clase baja y con una fuerte inclinación hacia lo extranjero; los referentes de esa clase media es lograr un acomodo en la nueva sociedad, preservar su posición socioeconómica y no renunciar a su ideal de formar parte de la clase alta.

          La crítica de Ramos es hacia, como ya puntualizamos, el sentimiento de inferioridad del mexicano, donde cada clase social lo exterioriza a través de su postura frente al otro; asimismo, el llamado nacionalismo revolucionario pretendió borrar esas posturas encontradas y concebirnos como un todo social.

          Así entonces, las diferencias sociales, en ese nuevo nacionalismo, se diluyen, pero actualmente pareciera que se evidencian y exteriorizan, concluyendo que somos una sociedad heterogénea, que, desde mi punto de vista, precisamos hacer conciencia y construir una identidad diferente a la que vivimos durante el siglo XX. Por ello resulta fundamental analizar cómo reconstruimos y comprendemos nuestro pasado, precisamos redefinir la forma en qué nos acercamos a la comprensión de nuestro pasado.

0 comentarios


Publica tu comentario

Puedes publicar comentarios aún sin registrarte.

Será mostrado en el comentario.
No será publicado.
200 caracteres como maximo.