La semana nos dimos a la tarea de poner las bases ideológicas en que sustenta el Plan de Iguala, dado a conocer el 24 de febrero de 1821 y jurado en diferentes fechas en marzo del mismo año; destacamos la necesidad de desmenuzar el texto que justifica dicho plan, destacando dos cosas: su base que justifica la independencia, así como sentar las bases de la identidad del nuevo país.
La independencia es hace necesaria, porque todas las naciones han pasado por un periodo de formación, ello bajo la tutela de grandes imperios,” la América septentrional” no es la excepción, ya que el momento propicio se presentó, las enseñanzas y la religión han sido el soporte de la madurez alcanzada por el nuevo país, además se debe continuar en una relación armoniosa, porque se debe agradecer que fue España quien conquistó y le mostró a los nacientes países el camino para convertirse en grandes naciones a la altura de las europeas.
Asimismo, la forma de gobierno precisa ser la monarquía y debe prevalecer la religión católica, sin cabida, ni tolerancia de ninguna otra, a grandes rasgos requiere mantener el sistema económico y social imperante.
Con lo dicho con antelación vamos a recuperar otra parte del Plan de Iguala, ello nos permitirá comprender la intención básica de la propuesta de independencia, que, ante la restauración de la Constitución liberal de Cádiz en 1820, los grupos más reacios a la independencia se aglutinan entorno a la idea de no permitir perder sus privilegios, sobre todo ante la amenaza del establecimiento de las libertades, la soberanía, la ciudadanía y la tolerancia religiosa, pensamiento ya muy arraigado en una clase media ilustrada y criolla.
Pasemos a ver los principales puntos del Plan de Iguala que tienen que ver con la forma de organizar al nuevo país.
“Oíd, escuchad las bases sólidas en que funda su resolución”:
14. El clero secular y regular conservado en todos sus fueros y propiedades.
Claramente vemos que el Plan de Iguala, fechado el 24 de febrero de 1821, da un paso importante para la Independencia de México, anteriormente, en septiembre de 1810, Miguel Hidalgo había hecho lo propio y sembrado un proceso muy diferente al de Iturbide y su Plan.
A grandes rasgos, el Plan de Iguala propone darle continuidad al régimen colonial, pero fundando una nueva nación y con una Monarquía Parlamentaria, modelo que se estaba implementando en España; también, ello abrió la posibilidad de la instauración de una república e introducir los principios del naciente liberalismo, que ganaba terreno en España.
Finalmente se logra la Independencia mexicana, pero vamos a ser testigos de la confrontación de dos posturas políticas e ideológicas, que se medirán durante buena parte del siglo XIX y que en la actualidad se revive, lo que consideramos nada positivo para nuestro país.
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