Ahora veremos un documento muy interesante que es fundamental para comprender el contexto en que surge el movimiento independentista en México, no todo comenzó en septiembre de 1810, ni con los antecedentes de 1808, existen una serie de acontecimientos que es indispensable rescatar para tener una mayor comprensión de un proceso tan importante para nuestro país. Bajo esta idea resulta necesario comprender la historia, no memorizarla, no repetirla irreflexivamente, ni denostar, no descalificar; insistimos la comprensión es la clave de la historia.
Quien rescata este documento, estudia y contextualiza es el gran historiador mexicano Manuel Romero de Terreros, quien nace hacia 1880 y muere en 1968, descendiente de Pedro Romero de Terreros, fundador del Nacional Monte de Piedad.
Ya particularmente, el caso que presentamos es de la intromisión de Inglaterra, desde mediados del siglo XVIII, en la independencia de la entonces Nueva España, que es evidente en el documento que presentamos; esto obedecía a un contexto donde Inglaterra encabeza la Revolución Industrial y varios países europeos compiten por la supremacía económica, además de la influencia de la independencia de las 13 colonias en Norteamérica. Aun cuando Romero de Terreros duda de la autenticidad del documento, no está alejado de las disputas europeas por América y la posibilidad de su independencia, provocando y alentando su independencia. Les dejamos ahora la lectura del documento que nos reúne en esta ocasión:
De los supuestos planes, urdidos en la segunda mitad del siglo XVIII, para efectuar la independencia de México, hay dos que llaman la atención por aparecer complicada en ellos la “pérfida Albión”, aunque, a decir verdad, es muy posible que sean apócrifos los documentos que se aducen como prueba.
“El año de 1765, escribe el P. Miguélez, se descubrió el primer plan para la independencia de México. Una junta de mexicanos, presididos por un religioso, fué a Madrid para recabar de los ministros regalistas algunas concesiones favorables a estos países, o en caso contrario, amenazar con la independencia. Recibidos y despachados de mala manera, dieron cuenta a Inglaterra de lo sucedido, indicándole les ayudase en sus proyectos, pero aquella nación puso por base del trato que había de hacerse, la concesión de los puertos de Veracruz y San Juan de Ulúa, a cambio de los hombres y armas que les enviaría para lograr la independencia.”
El documento en que se funda este aserto fué publicado por Hernández y Dávalos en su “Colección de documentos para la historia de la independencia”, y es de muy interesante lectura.
En cuanto al otro plan, hasta hoy poco conocido, proporciona datos el historiador venezolano, don Carlos A. Villanueva en su libro intitulado “Napoleón y la independencia de América”. Halló dicho señor en Londres, según asegura, en el archivo de Lord Chatham (South America. Legajo 345), al que está incorporado el de su hijo William Pitt, una carta en pésimo francés, dirigida al Rey de Inglaterra Jorge III y firmada por tres prominentes mexicanos, carta que nos atrevemos a traducir de la siguiente manera:
“Señor:
Es en nombre de la Ciudad y Reino de México, cuyos representantes somos, que osamos tomar la libertad de impetrar vuestra poderosa protección. Oprimidos y vejados por la Corte de Madrid, ésta nos hace sentir día por día y con toda clase de impuestos y malos tratos, el despotismo tiránico que la Constitución de Libertad que nos es debida: y nos equipara a viles esclavos de la costa de Guinea.
Tal es, señor, la conducta que España observa para con nosotros y el premio de los buenos y leales servicios que siempre le hemos prestado; para con nosotros que la hemos auxiliado en la última guerra con más de setenta millones de pesos para el mantenimiento de su ejército tanto en América como en Europa; en agradecimiento nos pone en la dura necesidad de sacudir por la fuerza el yugo que nos oprime.
De acuerdo, pues, con lo que exponemos, Señor, nos vemos tomados a tomar las medidas necesarias para conseguirnos la libertad de que se nos ha privado, a cuyo efecto tenemos los fondos suficientes y a la primera señal podemos poner sobre las armas a cuarenta mil hombres y apoderarnos de todo este reino.
Carecemos de las armas y otros pertrechos de guerra necesarios para esta grande empresa. La proximidad de la Isla de Jamaica a este reino nos proporciona el poder proveernos allí de fusiles, parque, pólvora y demás objetos que necesitamos; pero como temíamos que no hubiera suficiente o que tal vez el Gobernador General pusiera dificultades para vendérnoslos, ignorando nuestras verdaderas instituciones, hemos en consecuencia, tomado la precaución de enviar cerca de V.M. al señor D. Francisco de Mendiola, en nombre y representación de este reino, en virtud de los plenos poderes que le hemos otorgado para tratar este negocio y al mismo tiempo para asegurarnos vuestra poderosa protección y celebrar un tratado de amistad y comercio con la Inglaterra.
Las ventajas que de ella resultarán para Inglaterra y su comercio son incontables: este reino consume actualmente por valor de treinta millones de pesos en mercancías que importaríamos con preferencia de Inglaterra; la riqueza de nuestras minas y los preciosos frutos que produce este vasto y rico reino, cuyo comercio puede fomentarse al más alto grado, compensarán a la Inglaterra por la pérdida de América y devolverán a su comercio su antiguo esplendor.
De antemano aprobamos, Señor, el arreglo que nuestro enviado el señor Mendiola haga en nombre de este reino con V.M. y sus ministros; y tan luego como recibamos una respuesta favorable, enviaremos en el acto dos millones de pesos a la Jamaica para procurarnos las armas que necesitemos.
Enviaremos allá un agente encargado de nuestro asunto, quien servirá a la vez para hacer pasar nuestra correspondencia, sin exponernos a que sea interceptada por la Corte de España.
Tenemos el honor de ser, con el más profundo respeto,
Señor,
Muy humildes y obedientes servidores
El Conde de la Torre Cossío
El Conde Santiago
El Marqués de Guardiola
México, 10 de Nobre. de 1785
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