Sin duda la participación del presidente de México en el Consejo de Seguridad de la ONU el 9 de noviembre del presente año fue notable y mostró la política que desde hace tres años viene aplicando en el país: combatir la pobreza y evitar el acaparamiento de la riqueza en unas cuantas familias. Bajo esas mismas premisas sustentó su intervención a nivel mundial; recibiendo críticas, pero también elogios.
El grupo de oposición, aquí en México, le llamó ingenuo, soñador, perdido en sus planteamientos, además de otras descalificaciones y burlas. Sin embargo, muchos otros críticos, entre ellos Sergio Negrete Cárdenas en su columna titulada: “AMLO triunfa en la ONU y en el mundo” publicada en el periódico El Financiero (12/nov./2021) destaca: “Jeff Bezos, Amancio Ortega, Bill Gates, Elon Musk, Warren Buffet y, por supuesto, Carlos Slim, entre otros, ya contactaron a la ONU para acordar la entrega anual de 4 por ciento de sus fortunas. Mark Zuckerberg, profundamente conmovido declaró ‘llegaré a mi vejez quizá con poco dinero, pero feliz porque Andrés Manuel López Obrador me abrió los ojos. Caray, 750 millones de pobres, y yo sin enterarme’…”. Cuando el discurso va de la mano con la praxis, los elogios opacan las aversiones.
Por otro lado, el jueves18 de este mismo mes se reunió con sus homólogos de Estados Unidos y Canadá en la ciudad de Washington, ahí también se consideraron varios aspectos en beneficio del país. Para no variar, tal como sucedió en la reunión del Consejo de Seguridad, le llovieron críticas al presidente por parte de la oposición a su gobierno a través de algunos medios de comunicación.
Sin embargo, hablar de un trato de iguales entre las naciones, desarrollo regional norteamericano, integración económica más incluyente, reforma migratoria en EU, reconocimiento a la fuerza de trabajo mexicana, entre otros temas, dieron al presidente López Obrador un estatus de respeto y liderazgo. Es innegable la asimetría económica entre EU y Canadá con nuestro país, sin embargo, al puntualizarse el respeto a las soberanías de cada uno de los tres, quedó clara la no subordinación de México ante los dos “poderosos”.
Trasladándonos a Tlaxcala, se leen en diversas redes sociales opiniones de docentes y personal administrativo expresando su malestar hacia directivos de la Unidad de Servicios Educativos del Estado de Tlaxcala (USET) partiendo desde el mismo secretario de educación; también de quienes dirigen universidades pertenecientes al estado tlaxcalteca, bachilleratos y del área de educación básica. Sin duda algo pasa, los comentarios no pueden ser ocurrencias y como dice el refrán “cuando el río suena es porque piedras trae”; aunque muchos coinciden en que simplemente a los nuevos funcionarios les dio el “mal del ladrillo”. Sin embargo, recuerdo que la gobernadora expresó al inicio de su mandato, palabras más palabras menos: serán tres meses de prueba para quienes respondan favorablemente a los requerimientos de la sociedad, quienes no lo hagan así serán removidos.
A manera de ejemplo en el Colegio de Bachilleres del Estado de Tlaxcala (COBAT) según palabras de algunos extrabajadores de esa institución, el actual director general se ha dado a la tarea de realizar despidos del personal de confianza, ya sean directores de área, de plantel, coordinadores, prefectos, administrativos y de intendencia, sin considerar sus derechos correspondientes como trabajadores de acuerdo a la ley laboral. Lo peor, señalan que justifica su proceder argumentando que son instrucciones de la gobernadora.
Si el directivo realmente ha utilizado ese argumento, muestra una gran falta de personalidad y experiencia directiva. Alguien con mínima sensibilidad política sabe que no puede culpar a la autoridad máxima estatal de algo que él debe responsabilizarse, aunque se lo hayan ordenado. Y si está mintiendo, utilizando el nombre de la mandataria para justificar su proceder, es peor y ¡qué pena! Está dañando a un gobierno estatal y nacional que están tratando de hacer las cosas bien y “hay la llevan”. Ambos gobiernos en sus respectivos ámbitos, se han comprometido en mejorar las condiciones de vida de la población a través de un respeto al trabajo digno, responsable, honesto y acorde al derecho que establece la ley laboral.
Quienes también han manifestado su preocupación son los docentes con nombramiento de base, al ver la forma y manera en que son despedidos sus compañeros de “confianza”. Lógico, su estatus de “base” los hace inamovibles, salvo si realizan faltas extremas en su trabajo. Los docentes del COBAT al no tener un Comité Ejecutivo sindical que los represente, pues quienes resultaron electos hace unos meses no cuentan con la Toma de Nota que otorga la autoridad laboral correspondiente, se sienten indefensos.
Urge le otorguen al nuevo Comité la Toma de Nota para que tengan una representación legal o en su caso, convoquen a una nueva Asamblea General y nombren a sus representantes sindicales, en donde ahora sí haya una aceptación unánime o por lo menos de la mayoría de los trabajadores (docentes) que integran la organización sindical. Es por salud laboral.
Según sé, la representación sindical tiene en puerta la revisión de su Contrato Colectivo de Trabajo, el análisis de la Carga Horaria del semestre 2022 A, el pago de sus prestaciones de fin de año, entre otros aspectos. Es decir, la preocupación de los docentes es recibir un trato similar a la de sus compañeros de “confianza” y que los directivos actúen de manera unilateral, debido a la falta de representación sindical, poniendo en riesgo sus derechos alcanzados durante años a través de la lucha sindical.
Por otro lado, aprovecho para felicitar a Jaime Hernández Martínez por su libro “Relatos de un Xocojaramao”, editado por la Universidad Autónoma de Tlaxcala. A Guillermo Alberto Xelhuantzi Ramírez por lo mismo, “El sentir del pueblo. Voces revolucionarias de Tlaxcala 1910-1920, editado por el Gobierno del Estado de Tlaxcala y el Instituto Tlaxcalteca de la Cultura. Enhorabuena para los dos y ojalá haya presentación de libros por lo menos uno cada mes que traten de nuestro estado y realizados por tlaxcaltecas. Seguramente se evitarían preguntas nefastas: ¿El estado de Tlaxcala existe? Quienes preguntan tratan de hacerse los “graciosos”, aunque realmente denotan una triste y lamentable ignorancia geográfica, cultural y académica que a todos los mexicanos perjudica o ¿Usted qué opina?
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