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El medio ambiente y la riqueza por J.A. Javier González Corona

Columna por J.A. Javier González Corona
Lun. 08 de nov., 2021. 10:18 AM
J.A. Javier González Corona
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El medio ambiente y la riqueza por J.A. Javier González Corona

No sé si sea necesario recordar que una de las mayores riquezas que tenemos los seres los humanos es la naturaleza, pues de ella dependemos. Sin embargo, algunos (principalmente empresarios) simplemente anteponen sus intereses económicos y no les interesa en lo absoluto. Es decir, su poder económico alcanzado en mucho de los casos en contubernio con el poder político, rebasa su compromiso social y conciencia humana.

En fecha reciente se reunieron los países integrantes de la G-20, quienes representan el 80% de la economía mundial, con el fin de hablar y acordar acciones sobre la lucha contra el Covid-19, la recuperación económica y el medio ambiente. En este último punto, a través del “Pacto de Glasgow” (se realizó en la ciudad Glasgow Escocia) acordaron, entre lo más destacado, limitar el calentamiento global a no mayor de 1.5 grados Celsius en el presente siglo; lograr una disminución del 55% de las emisiones contaminantes para el 2030; potenciar las energías limpias; acelerar la descarbonización en la próxima década y aportar, los países más desarrollados, 100.000 millones de dólares anuales hasta 2025, además de eliminar los subsidios a los combustibles fósiles. México estuvo presente.

Sin embargo, miles de jóvenes, niños acompañados con sus padres e indígenas de diferentes partes del mundo, manifestaron su inconformidad, rechazo, enfado, angustia y temor a la destrucción del medio ambiente y con ello, a la vida de todo ser vivo. En su manifestación expresaron, entre otras cosas: “ya no nos creemos sus mentiras…no vamos a bajar la cabeza frente a los poderosos, vamos a luchar y nos vamos a defender…dejen de engañar a la población con su bla, bla, bla. Ya basta”.

Esas manifestaciones deben ser secundadas en todos y cada uno de los países. México desgraciadamente es uno de los países con más daño en su medio ambiente durante ya varias décadas. Mares, ríos, bosques, selvas y ni se diga de las áreas urbanas que han sido fuertemente afectados por la contaminación y deforestación. A la par de una actitud negligente por parte de los gobiernos, en sus diferentes niveles, para enfrentar la problemática.

Si bien es cierto cada uno de los ciudadanos hemos contribuido al deterioro ambiental, no se puede comparar con el daño de las industrias mediante gases, tala de árboles, incendios, aguas residuales, entre otros. Al respecto señalo dos ejemplos a nivel macro y micro: De los primeros, el Bosque Boreal que se extiende a través de Alaska, Canadá, los países escandinavos y Rusia, su extensión es de 920 millones de hectáreas aproximadamente y contiene el 29% de los árboles del mundo. De los segundos, el volcán La Malinche ubicado en el estado tlaxcalteca y parte del poblano.

Es decir, el “desarrollo industrial” sin control y con amplias concesiones por parte de los Estados, han propiciado daños extremos al medio ambiente, aunque algunos ambientalistas consideran que aún es tiempo de remediar el grave problema, pensando en las futuras generaciones. Desgraciadamente a los dueños de los grandes capitales pareciera que no les interesa y actúan como si a ellos no les afectara. Viven en su burbuja económica, eso les hace pensar que son inmortales.

Recuerdo que una de las propuestas de campaña de la actual gobernadora Lorena Cuellar Cisneros fue la descontaminación de río Zahuapan y recuperar el bosque del Volcán La Malinche. Ojalá esos proyectos no se conviertan en limpiar el río mediante máquinas que únicamente arrastran tierra y piedra para colocarlas al lado del mismo o convocar a la población mediante los ayuntamientos para levantar basura. No digo que esté mal, sino que eso hicieron los pasados gobiernos y el río sigue igual o peor. El problema real de la contaminación del río son las descargas de productos químicos por parte de diferentes empresas que aprovechan el cauce para pintarlo de mil colores, principalmente por las noches. Mucha gente lo hemos visto. Sin embargo, la ciudadanía espera del gobierno actual y de los propios municipios acciones concretas y valientes, me refiero a que se olviden de “moches”, y apliquen lo que el gobierno federal presume: “No robar, no mentir y no traicionar” y exijan a las empresas, por lo menos, construir sus propias plantas tratadoras de aguas residuales y de no hacerlo, les apliquen severas sanciones. Ya basta de tanta impunidad.

En cuanto a La Malinche en varios sexenios también se han visto trabajos de recolección de basura y detención judicial de campesinos que talan uno o dos árboles para su uso doméstico o su venta y ayudarse en su escasa economía. Pero con ello justifican su “preocupación y obligación” de cuidar el mayor bosque del territorio tlaxcalteca. Lo peor es su negligencia al dejar pasar por desapercibido la tala exagerada de árboles por parte de grandes empresas, justificándolos por un supuesto pago de derechos. Válgase un ejemplo, en los últimos años la “plaga” del gusano descortezador ha dañado demasiados árboles, las propias personas que viven en los poblados establecidos en las faldas del Volcán denunciaron, con toda justicia, el corte generalizado y extremoso de árboles sin diferenciar si estaban o no infectados y nunca hubo por lo menos una amonestación a esas empresas por parte de las autoridades.

Los campesinos del lugar nunca harían un corte devastador, ya que históricamente han respetado y valorado al Volcán. Quienes habitan las diferentes poblaciones establecidas en las faldas de La Malinche lado oeste, por cierto, con una valiosa cultura de ascendencia nahua, esperan ser considerados con su opinión para la realización de un proyecto de reforestación y mantenimiento del lugar. Sería algo notable que el programa federal “Sembrando Vida”, reconocido en últimas fechas a nivel internacional, le dieran las autoridades correspondientes un mayor énfasis y seriedad en el estado. Señora gobernadora es el momento de iniciar con sus compromisos trascendentes con la ciudadanía.

Mantener un medio ambiente adecuado es y debe de ser un compromiso de todos: ciudadanía, Estado y dueños de grandes capitales; desgraciadamente, estos últimos creen que su dinero los exime de ser mortales. No podemos seguir permitiendo que unos cuantos sigan acumulando riquezas a costa de exponer la vida de todos, incluso, ya no es un acto simplemente de conciencia, ya es de sobrevivencia, es decir, debemos plantearnos si queremos la continuidad de la especie humana en el planeta o su desaparición ¿Usted qué opina?

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