En los primeros días del mes de octubre del 2021 el presidente nacional de México hizo llegar al Congreso de la Unión la iniciativa de decreto referente a la Reforma Eléctrica y el uso exclusivo del litio por parte del Estado. Situación que puso en alerta y preocupación a la clase empresarial, de manera particular a quienes tienen intereses económicos tanto en la Confederación Federal de Electricidad (CFE) y en la explotación del metal.
Recordemos que en 2013 la Cámara Alta y Baja aprobaron la Reforma Energética donde entre otras cosas, permitieron la participación de inversión privada en hidrocarburos y electricidad. Otorgándole a algunas empresas, principalmente extranjeras, la oportunidad de invertir y ser los responsables de controlar todo el proceso, es decir, desde generar la energía eléctrica hasta su entrega a los usuarios. Obteniendo enormes ganancias económicas.
La mencionada Reforma del 2013 fue muy “aplaudida” ya que tenía, entre otros beneficios, la de elevar la producción de energéticos a nivel nacional, generar mayor riqueza “al país”, bajar el costo del servicio a las familias y aumentar el número de empleos productivos en el país. A la fecha ninguno de esos beneficios se ha observado ni mucho menos reflejado en el bolsillo de la ciudadanía. En cambio, sí nos han informado los medios de comunicación incluso la PGR del acto de corrupción donde algunos diputados recibieron dinero por aprobar esa Reforma.
La actual Reforma Eléctrica presentada al Congreso de la Unión ocasionó una inmediata inconformidad por parte del grupo empresarial “Si por México” que liderean Gustavo de Hoyos, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) y Claudio X. González Guajardo, presidente del Consejo de Kimberly-Clark de México, S.A. de C.V. Seguramente vislumbran daños a sus inversiones en ese ramo. Por cierto, estos personajes son quienes lograron conformar la coalición “Va por México”, integrada por el PAN; PRI, PRD y empresarios en oposición al actual gobierno federal y al partido de MORENA.
El antecedente que señalo es con el fin de poder llegar al punto central de esta columna; vamos por partes: El PAN y PRD se han declarado totalmente antagónicos a la Reforma Eléctrica, no sé si el primero haya tomado esa postura por la influencia ideológica de Vox, partido español de ultraderecha o simplemente por apoyar a la inversión privada sin pensar en el pueblo. En el caso del PRD su oposición a la Reforma me parece muy extraño, sobre todo al recordar que nace como un partido de izquierda y con la firme convicción de luchar por los más desprotegidos, incluso, su adhesión a “Va por México” y “Sí por México” es increíble. ¿Será simplemente para seguir subsistiendo y no perder su registro como partido?
En el caso del PRI, su postura a través del tiempo desde su fundación ha sido un partido conciliador, moderado, disciplinado en su interior, dispuesto al diálogo y sobre todo explícito en su discurso a favor de los más desprotegidos. Todo ello le permitió ser el partido hegemónico del país por más de setenta años, por ende, ostentar el poder durante esos mismos, salvo en dos sexenios y el actual. Incluso, años atrás, se enfrentó al PAN por considerarlo un partido de élite y empresarial distante a los intereses de las mayorías.
Por su parte el presidente nacional con su habilidad y largo colmillo político, lo está comprometiendo a tomar una decisión al declarar: “el PRI tiene una oportunidad histórica para definirse. ¿Va a seguir con el salinismo como política o va a retomar el camino de Lázaro Cárdenas, de Adolfo López Mateos, el camino que trazaron estos dos grandes presidentes de México? Es un momento definitorio, Vamos a ver qué resuelve”. Entre la espada y la pared.
Sin embargo, no podemos ver a la Reforma Eléctrica como un capricho personal entre uno que la propone y otro que se opone, tenemos que ir más allá. Es decir, el PRI para aprobar la Reforma tiene que deslindarse, por lo menos en el momento de la votación, de su participación con la coalición “Va por México” y de su asociación con “Sí por México”. Por cierto, hace unos días los coordinadores de “Sí por México” convocaron a los dirigentes de los partidos (PAN, PRD, PRI) con el fin de comprometerlos aún más, creando la asociación “Ciudadanos al Rescate Nacional” (CIRENA).
Empero, el PRI tiene el compromiso con la sociedad civil, incluso con sus afiliados, quienes en su mayoría no son empresarios y viven modestamente gracias a su trabajo. En otras palabras, en próximas fechas deberá tomar una decisión donde su prestigio como partido está en juego, incluso su propia existencia como tal.
La Reforma Eléctrica no tiene una propuesta radical ya que contempla la inversión del 46% por parte del capital privado. Es decir, la campaña publicitaria por parte de empresarios de volver a México en un país socialista es absurda, más bien pretenden nuevamente espantar a la población “con el petate del muerto”, como años atrás lo han intentado, para lograr sus intereses económicos. Lo que responde a una pregunta que nos hacemos por años los mexicanos: ¿Por qué México, teniendo historia, cultura, costas, minerales, desiertos, tierras fértiles, fuerza de trabajo y demás, es pobre? La respuesta está dada.
Parte de la Reforma Eléctrica contempla la extracción, distribución y consumo del litio por el estado mexicano, por ende, tampoco la oposición está de acuerdo al respecto. Pero, ¿por qué no están de acuerdo? Simplemente porque el litio es un metal alcalino que se utiliza en la fabricación de acero, esmaltes, lubricantes y en medicina. Además de ser utilizado en la elaboración de pilas para relojes, carros, etc., por lo tanto, la misma élite nacional y empresas extranjeras están al asecho para su extracción, control, manejo y así, obtener grandes ganancias económicas. Sabemos que México forma parte de los 10 países a nivel mundial que tiene ese metal en su territorio, principalmente en los estados de Sonora, Puebla y Jalisco.
Por lo tanto, en todos estos días veremos, escucharemos y leeremos un sinnúmero de noticias, comentarios, conferencias, foros y artículos con un sentido apocalíptico tanto social y económico para el país y así tratar de desprestigiar la Reforma Eléctrica. Todo ello financiado por empresarios nacionales y extranjeros. Ojalá hubiese debates públicos y los trasmitan a través de los medios de comunicación participando representantes de las dos partes, así la población tendrá mayor información para definir su apoyo.
Por parte del gobierno federal (entiendo que el gobierno estatal de Lorena Cuellar Cisneros hará lo propio en el estado tlaxcalteca por ser de la misma línea política) tratará de justificar la iniciativa, señalando los beneficios y ventajas que tendrá con su aprobación a favor de las mayorías a través de programas sociales y no de unos cuantos. Ojalá que en esa defensa no considere a personas o instituciones que no tienen por qué ser incluirlos como en el caso de la UNAM. No hay necesidad. Sin embargo, defender empresas paraestatales y minerales en beneficio de la mayorías es loable y necesario para un mejor presente y futuro del país o ¿Usted qué opina?
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