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Volvimos a conquistar a los Mexicas por J.A. Javier González Corona

Columna por J.A. Javier González Corona
Lun. 11 de oct., 2021. 10:30 AM
J.A. Javier González Corona
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Volvimos a conquistar a los Mexicas por J.A. Javier González Corona

Sin duda las discusiones en cuanto a la conquista de los mexicas hace 500 años por parte de los españoles, sigue vigente. La historia oficial siempre ha dicho que fueron los ibéricos, quienes a través de sus armas, armaduras, caballos y mejores estrategias militares lograron vencer a los aztecas. Sin embargo, actuales investigaciones nos dicen que quienes realmente los vencieron fueron los propios naturales de estas tierras y no los españoles. Sin embargo, estos últimos fueron lo suficientemente sagaces para aprovechar las condiciones sociales, económicas políticas y militares que se vivían y así, durante tres siglos apropiarse de la riqueza natural y cultural de los pueblos Mesoamericanos.

Según Edith Llamas y Federico Navarrete “en las últimas décadas ha quedado más que claro que la llamada ‘Conquista española de México’ no existió realmente y tampoco fue la hazaña singular de Hernán Cortés y sus hombres, a quienes tanto nos gusta exaltar, lo mismo debemos decir de la cristianización que la siguió: ni fue una conquista espiritual como tal ni fue realizada propiamente por los franciscanos, dominicos, agustinos y jesuitas a quienes tanto nos gusta idealizar” (noticonquista, Instituto de Investigaciones Históricas. UNAM). Es decir, los españoles no hubieran logrado la llamada conquista material y espiritual sin la participación, entre otros pueblos, de los tlaxcaltecas. Por consecuencia, sin tener ese objetivo de conquista, quienes tenían como deidad a Camaxtli, lograron vencerlos. El ejército español no era más allá del 1% de los vencedores.

Durante el 30 de septiembre al 3 de octubre en el Complejo Cultural Los Pinos hubo música, danza, canto, artesanía, talleres, títeres, expoventa de artes visuales y cocina tradicional tlaxcalteca, además de inaugurarse La casa del maíz y la cultura alimentaria, el Cencalli. Por otro lado, del 29 de septiembre al 10 de octubre se llevó a efecto la XXXII Feria internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH) en el Museo Nacional de Antropología e Historia de la ciudad de México, teniendo como invitados especiales al país de Ecuador y al estado de Tlaxcala.

Para cerrar con broche de oro, en el Museo Regional de Tlaxcala del INAH ubicado en el Conjunto Conventual de San Francisco y Ntra. Señora de la Asunción, se inauguró la exposición “A 500 años de la conquista tlaxcalteca”, misma que estará del 30 de septiembre al 17 de diciembre del 2021 con un horario de 11 a 15 horas de martes a domingo. En ella podremos ver reprografía, documentos pictóricos y códices.

Si lo queremos ver metafóricamente, después de 500 años el pueblo tlaxcalteca vuelve a conquistar a los mexicas, ahora no mediante las armas, sino a través de diversas manifestaciones artísticas, científicas, históricas, sociales y culturales. Gracias a la relectura de la historia y nuevas líneas de investigación tanto en lo nacional como en lo estatal, se ha podido explicar y entender la participación de los diferentes pueblos en ese proceso de conquista: los tlaxcaltecas, junto a otros pueblos, vencieron a otro pueblo, no a una nación. Por consecuencia, seguir considerando a los tlaxcaltecas como “traidores” ha quedado únicamente en la necedad e ignorancia académica de algunas personas.

Aprovecho para felicitar al Instituto Tlaxcalteca de Cultura (ITC), al Centro Regional de Tlaxcala del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a los promotores culturales y defensores del maíz (en especial al excompañero en el Colegio de Antropología BUAP Cornelio Hernández Rojas) y al gobierno del estado, quienes, a través de investigadores, artesanos, museógrafos, artistas, y demás personal especializado, mostraron a la nación y al mundo que Tlaxcala está y seguirá estando a la vanguardia cultural, social, agrícola y científica.

En otros asuntos, ya son tres visitas que hace el presidente nacional al estado de Tlaxcala, dos siendo gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez y una más con Lorena Cuellar Cisneros (03/10/21). Por cierto, respecto a la última visita algunos analistas aseguran que le traerá beneficios al estado por ser la gobernadora militante del partido político que creó el presidente, algunos más dicen que su presencia obedece para refrendar su apoyo a la gobernadora, aspectos donde coincido. Donde no concuerdo es cuando señalan que las visitas obedecen simplemente para agradecer los votos recibidos en pasadas elecciones. Y no coincido por el simple hecho de entender sus visitas como parte de su trabajo. Lo ha demostrado durante los tres años que lleva como presidente, salvo por pandemia y veda electoral donde tuvo que suspender recorridos, ha visitado todos los estados sin distinguir si son de su partido o afines a su política. En otras palabras, gusta de acercarse a las entidades para saber de cerca las diferentes problemáticas que tienen, tratando de contribuir en la solución de las mismas.

Como se ha visto, es uno de los pocos presidentes desde hace treinta años que le gusta “tomar al toro por los cuernos”, aunque para quienes cuidan su capital privado y pretenden crear más, como lo hicieron en sexenios pasados mediante canonjías, ven sus políticas como un atraso del país. Recordemos, somos el país número uno, antes era Brasil, donde el reparto de la riqueza es muy desproporcionado (pocos tienen mucho y muchos tienen poco) gracias a políticas gubernamentales.

Por cierto, aparecieron algunos intelectuales y periodistas en redes sociales (algunos de ellos laborando en tv Imagen y televisa), defendiendo a los expresidentes Gustavo Días Ordaz y Luis Echeverría Álvarez diciendo que no fueron ellos los que ordenaron la matanza de estudiantes el 2 de octubre de 1968. Incluso señalan que la instrucción que tenía el ejército era en defensa y protección a los estudiantes y, aunque no lo dijeron textualmente, dieron a entender que los francotiradores fueron quienes masacraron a los estudiantes, “mirones” y soldados, mismos que habían sido ubicados estratégicamente por parte de los propios estudiantes en las azoteas de la iglesia dedicada a Santiago Apóstol, en el edificio donde era la sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) actualmente Centro Cultural Universitario Tlatelolco de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y en algunos departamentos de los edificios del centro habitacional Tlatelolco. Tal parece que esos personajes que han vivido por años desinformando a los mexicanos, pretenden continuar haciendo lo mismo.

Qué dirán Elena Poniatowska, Luis González de Alba, el director de cine Jorge Fons, exestudiantes victimas que lograron sobrevivir, entre otros, cuando vean o lean la antítesis de lo que han probado, exhibido y conformado una memoria histórica a través de diversas entrevistas, películas, imágenes y libros. A los adolescentes, jóvenes y personas en general, les recuerdo que en bibliotecas, hemerotecas, fototecas y cinetecas pueden informarse de manera fidedigna de tan lamentable suceso y no quedarse con la información de las redes sociales que en muchas de las veces su fuente no tiene el sustento de alguna institución seria.

Dicen que para lograr un ideal debe haber derramamiento de sangre y víctimas inocentes. Desgraciadamente ese rol les tocó sufrir a cientos de estudiantes. Gracias a ellos, el país tuvo un parte aguas en lo político, económico, social y cultural, mismo que se observa después de 53 años cuando la mayor parte de la población mexicana ya exige procesos electorales democráticos, repudia la corrupción y se oponen a la manipulación, es decir, se está viendo una sociedad que analiza, discute y crítica lo que no favorece a la colectividad, incluso, repudia las acciones racistas y contradicen los discursos demagógicos y manipuladores de quienes han acaparado propiedades y capitales económicos por años. En el imaginario colectivo ya coexiste la igualdad, libertad y respeto al derecho. Por ello, el 2 de octubre no se olvida, ni se olvidará ¿Usted qué opina?

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