Podemos entender a la democracia como una modalidad de gobierno donde sus habitantes nombran a sus representantes mediante el voto libre y secreto, el cual legitima al que obtiene el mayor número de ellos. Algunas de sus características son la libertad y autonomía, conceptos que respaldan a los tres poderes del Estado: Legislativo, Ejecutivo y Judicial.
Bajo esa premisa, se entiende que los tres poderes a nivel nacional equivalen a la máxima autoridad de gobierno. En consecuencia, cualquier Ley nunca estará por encima de la que ellos emitan ¿entonces por qué algunos jueces otorgan una suspensión a la Ley de Hidrocarburos y otros, amparan a un gobernador para evitar quitarle el fuero y ser juzgado por los ilícitos cometidos? En el primer caso, al parecer, es con el fin de beneficiar a unas cuantas empresas, por cierto, extranjeras que se dicen estar en desventaja con la inversión del Estado; en el otro, pretenden mantener la impunidad principalmente de autoridades, bajo el argumento de ser “perseguido político” ¿Cuándo seremos leales con nuestro país, sin darnos golpes de pecho?
Por cierto, el proceso de campaña lo comparo con una alcantarilla en tiempos de lluvia, es decir, se desborda brotando un sinnúmero de cosas que habían estado ocultas, además de sucia deyección. El sociólogo Bernardo Barranco especialista en estudios religiosos y destacado analista político, afirma estar viviendo un proceso de elecciones muy extraño, donde los candidatos no plantean alternativas de solución a las diferentes problemáticas que estamos viviendo: la pandemia y la crisis económica, la segunda producto de la primera. Además, hace una crítica severa, cito: “No hay propuestas, pero sí hay muchas descalificaciones; no hay planteamientos, pero si hay agravios. Hay una actitud de revancha muy fuerte”. Agregaría, el objetivo de los partidos y de sus candidatos es simplemente ganar, entrar a la nómina y manejar un presupuesto público. Sus promesas están planteadas como si estuviéramos en el país de la fantasía.
Es decir, la falta de propuestas a las necesidades reales de la ciudadanía, es el reflejo fiel de los partidos políticos que están terriblemente desgastados internamente. Aunque hay que destacar que en estas elecciones los partidos de oposición al que ostenta el poder nacional, no tan solo participan como fuerzas políticas, sino que son arropados presencial y económicamente por la sociedad elitista (los que el actual presidente les llama “Fifís”), ya que en elecciones anteriores únicamente invertían, pero no daban la cara, ahora hasta participan en marchas, bueno en sus respectivos carros ¿será que están siendo afectados sus intereses?
Es observable que estamos en un proceso de renovación de los grupos políticos, los viejos cuadros están desapareciendo y están surgiendo nuevos grupos, aunque sin la experiencia, estructura y propuestas que requiere la población. Es una transición que debieran reflexionar todos los partidos políticos, ya que de ello depende su existencia y solidez futura. Así se evitará que surjan nuevos partidos interesados en recibir jugoso presupuesto por parte del INE y con mínimas posibilidades de triunfo. Por cierto, este Instituto nacional y los de cada uno de los estados, requieren de un análisis profundo en cuanto su función, estructura y excesivo presupuesto, por el bien de la democracia nacional.
La Cámara alta y baja requiere de nuevas caras, muchos las han convertido en su modo de vida y casi en su espacio de residencia. Cambian de una Cámara a otra, es decir, un periodo son diputados y el siguiente senador o viceversa, en ocasiones participan en contienda electoral y otras, por la vía plurinominal. En Tlaxcala tenemos varios casos y durante ya varios años, incluso, se dicen ser quienes coordinan, dirigen y determinan las candidaturas estatales, lógico, siempre considerándose ellos o ellas. En fin, espero que el próximo 6 de junio no se desborde la pasión y nos enteremos o vivamos acciones desagradables. Ojalá la cordura, reflexión y análisis sean los juicios de valor que permitan a cada ciudadano tomar la mejor decisión en bien del país y del estado tlaxcalteca. Sin que olvidemos las recomendaciones del sector salud en cuanto a evitar el contagio del SARS-CoV-2. Por cierto, ningún candidato o candidata habla de cómo mejorar el sistema de salud para enfrentar cualquier otro bicho que pudiese surgir en el futuro y nos agarre como “el tigre de santa Julia”. Esa experiencia ya la vivimos o ¿usted qué opina?
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