En el transcurso del año existen en México un gran número de festejos y conmemoraciones de índole religioso, cívico, militar, social o de lo que se nos ocurra. Nuestro país es uno de los más festivos a nivel mundial. Es decir, del primero de enero al treinta y uno de diciembre no faltan las fiestas: familiares, locales, estatales y/o nacionales.
En el mes de mayo se destacan los siguientes días: 1, “Día del Trabajo”; 2, conmemoración estatal por la separación definitiva de Tlaxcala al estado de Puebla, logrando aquella tener su propio gobierno autónomo; 3, “Día del Ingeniero y el albañil, además de la Santa Cruz”; 5, “Batalla de Puebla”; 10, “Día de la Madre”; 12, muerte del guerrero tlaxcalteca Xicohténcatl Axayacatzin; 15, “Día del Maestro”. Todos estos festejos y conmemoraciones se entrelazan para ser uno de los meses más festivos, sin olvidar el 30 de abril “Día del Niño” que sirve de preámbulo.
Los términos conmemorar o festejar en ocasiones nos confunden y no sabemos si hacer uno u otro. Incluso algunas instituciones u organizaciones realizan fiestas cuando no corresponde. Según la Enciclopedia Salvat festejar es celebrar con festejos o con fiesta. Conmemorar, es hacer una ceremonia para recordar algún suceso o hecho acaecido el mismo día en un año anterior. Por su parte la lingüista María del Rosario Ramallo es más precisa en su explicación: “Conmemorar puede usarse para hacer referencia a cualquier hecho, triste o alegre, festivo o luctuoso, mientras que celebrar únicamente se debe emplear para aludir a actos solemnes o acontecimientos festivos o fechas importantes, no a hechos vinculados a la muerte o a alguna circunstancia dolorosa”. Dicho lo anterior y a manera de ejemplo, el “Día de las Madres” y el “Día del Maestro” son festejos, en cambio la “Batalla de Puebla” y la muerte de Xicohténcatl son conmemoraciones.
Sin duda la batalla efectuada en Puebla donde el Gral. Ignacio Zaragoza al frente de un ejército con grandes limitaciones en su armamento y conocimiento militar (muchos de ellos eran campesinos o dedicados a otra actividad, menos a la milicia) le pudieron ganar al ejército considerado para ese momento, el número uno a nivel mundial. Sin embargo, el triunfo de esa batalla no evitó la llegada de Maximiliano de Habsburgo como el segundo emperador de México, apoyado por el grupo “conservador”, contrario al grupo “liberal” encabezado por Benito Juárez. Y aunque la batalla efectuada en Puebla no logró impedir la invasión de los franceses a nuestro territorio, sí permitió forjar el ideario de soberanía nacional y el rechazo al intervencionismo extranjero.
En México algunas conmemoraciones han sido magnificadas bajo un interés político, explico someramente. En 1863 se conmemoró el primer aniversario de la batalla de Puebla en la Alameda central de la ciudad de México, cuando al mes del festejo, las tropas francesas tomaban la capital poblana y Juárez como una estrategia de mantener la soberanía nacional trasladó los poderes a San Luis Potosí. El Diario Oficial consiga la proclama bajo el lema ¡Viva el ejército franco-mexicano!, donde señalaba: “Terminada ya y para siempre la odiosa dominación demagógica, se invita a los ciudadanos que acepten gustosos la intervención francesa, a que acudan el día de hoy al edificio del arzobispado para suscribir el acta de adhesión a la intervención y el modo de recibir en la capital al benemérito ejército franco-mexicano y sus dignos caudillos”. Desde la primera conmemoración se nota el deseo de magnificar un hecho cuando la realidad era otra. Además, si hacemos una analogía de ese momento histórico con el actual, encontraremos algunas coincidencias.
Posteriormente en el gobierno de Porfirio Díaz la conmemoración del 5 de mayo se destacó notablemente ya que el presidente en esa batalla había tenido una participación destacada. Bajo el mismo formato se mantuvo el festejo cada año, hasta llegar a 1959 cuando el presidente Adolfo López Mateos estableció la “Jura de Bandera” por parte de los conscriptos y ya en 1962 con el fin de festejar el primer Centenario de la batalla, el mismo López Mateos inauguró la calzada Ignacio Zaragoza en la hoy llamada Ciudad de México, colocando una estatua ecuestre del Gral. Zaragoza, además de inaugurar la autopista México-Puebla llamándole “5 de mayo”. Actualmente ya no se conoce con ese nombre.
La conmemoración del 5 de mayo ha transgredido fronteras y nuestros paisanos radicados en los Estados Unidos realizan la conmemoración desde inicios del siglo pasado en varios estados como Nueva York, California, Washington, Chicago, san Antonio, entre otros más. Ante ello, el gobierno estadounidense no ha perdido la oportunidad de mostrar su interés político y se ha sumado a los festejos bajo el pretexto de mantener y reforzar la amistad entre los dos países, incluso, el presidente Joe Biden comió tacos y enchiladas en esa fecha como una forma de reconocer la buena relación entre los dos países y destacar la cultura gastronómica mexicana. En el caso de nuestros paisanos sus festejos son loables, al fin de cuentas México es su tierra de origen.
Como ya se dijo, en el mes de mayo se destacan varios festejos y conmemoraciones, aunque debido a la pandemia, son dos años que no se realizan como tradicionalmente se acostumbra, sin embargo, le estamos apostando a un futuro prometedor a través de la aplicación de las vacunas y de respetar las indicaciones de prevención por parte de la Secretaría de Salud. Aunque lamentablemente algunas personas si festejan, acuden a eventos políticos, practican deportes de conjunto, acuden a eventos religiosos y muchas otras actividades más. Ojalá no se incrementen los contagios y podamos realizar prontamente actividades educativas, productivas, deportivas, lúdicas, es decir, regresar a la llamada “normalidad” en bien del país y del estado tlaxcalteca.
Si bien es cierto los festejos y conmemoraciones del mes de mayo nos hacen falta como parte de nuestra cultura, no debemos confiarnos, mucho menos pensar que ya superamos la pandemia. Seamos cautos y seguramente controlaremos al virus que nos ha quitado familiares, amigos, vecinos y paisanos. Cerremos este capítulo de vida nada grato, aunque si lo queremos ver de manera positiva, lleno de enseñanzas o ¿usted qué opina?
Felicidades a todas las madres por su día. A las profesoras y profesores mi reconocimiento “Feliz día del Maestro”. Un abrazo a la distancia y por favor sean felices.
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