Un fenómeno raro que estamos viviendo en estas elecciones del 6 de junio son las denominadas “coaliciones” y lo raro no es por la unión de diferentes partidos políticos para contender, ya que eso se ha dado en elecciones anteriores, sino lo que me llama la atención es cómo partidos radicales en su ideología se han podido integrar en un bloque ¿Tendrá algo que ver su origen como partidos políticos? Hagamos un poco de historia, aunque me disculpo por las generalidades para explicar brevemente dicha génesis; el espacio de la columna lo amerita.
Según Duverger los verdaderos partidos políticos datan de hace apenas un poco más de un siglo. “En 1850, ningún país del mundo (con excepción de los Estados Unidos) conocía partidos políticos en el sentido moderno de la palabra: había tendencias de opiniones, clubes populares, asociaciones de pensamiento, grupos parlamentario, pero no partidos propiamente dicho. En 1950, éstos funcionan en la mayoría de las naciones civilizadas, esforzándose las demás por imitarla” (Maurice Duverger, Los Partidos Políticos. FCE 2002).
Los primeros partidos están ligados a los grupos y comités parlamentarios, los cuales se enfocaban básicamente al aspecto electoral y jurídico, sin embargo, varias organizaciones y grupos externos al parlamento son quienes han conformado diferentes partidos políticos, entre ellos, los sindicatos, iglesias, ligas, sociedades secretas y agrupaciones clandestinas, entre otros. En cada uno de ellos, sus integrantes tienen en común coincidir con una determinada ideología.
En el caso de los sindicatos, estos han sido pioneros de diversos partidos socialistas con tendencia izquierdista, según el historiador James Bryce distingue dos categorías de partidos socialistas: los partidos obreros, creados por los sindicatos y los socialistas, creados por parlamentarios e intelectuales, éstos últimos con más elementos teóricos.
Las iglesias y las sectas religiosas han conformado diversos partidos políticos en diferentes países. Como ejemplo tenemos en 1897, la creación del Partido Conservador Católico por parte de la iglesia católica; en Alemania los calvinistas crearon el Partido Cristiano Histórico, entre otros. A partir de 1914 Organizaciones católicas intervinieron para la creación de partidos cristianos en diferentes países, entre ellos México, todos ellos de derecha y ultra derecha. Entre sus propuestas destaca la oposición a la educación laica y ampliar la educación religiosa y privada.
Los partidos de “centro” son agrupaciones que se delimitan como moderadas al definirse ni de derecha ni izquierda, aunque es común que pacten con los de derecha y en muy pocas ocasiones con los de izquierda. Comúnmente se convierten en partidos de Estado. Dicho lo anterior, la génesis de los partidos políticos se origina a través de las diferentes organizaciones ya mencionadas, por lo tanto, en nuestro México los partidos existentes hasta la fecha y otros desaparecidos como el Partido Comunista (PC), han sido conformados bajo las tendencias ideológicas ya expuestas. Es decir, hay partidos de izquierda (MORENA, PRD, PS), de centro (PRI) y de derecha (PAN).
Históricamente los partidos de constitución sólida con el tiempo se han vuelto conservadores en su accionar político, a tal grado que miembros de ciertas familias o micro grupos asumen el derecho de ser ellos quienes dirijan y gocen de grandes privilegios. Con el fin de mantener una estabilidad del partido, convencen a las bases argumentando que es “algo que debe ser” o “les corresponde”. Mediante esa lógica de derechos adquiridos, logran que la militancia no tan solo acepte su perorata, sino incluso, defienda su posición y privilegios de esos cuantos, expresando: “han gastado”, “siempre dan la cara”, “cuando les he pedido apoyo me han ayudado”, “son los que piensan”, “han trabajado políticamente toda su vida, etc. Esos privilegios internos en cada uno de los partidos es común que se amplíen fuera de él, tanto en lo social, jurídico y económico, logrando: impunidad, fuero, acaparamiento de bienes y capitales, control de medios de comunicación, entre otros.
Durante por más de 50 años el partido de centro (PRI) ha mantenido el poder, el de derecha (PAN) dos sexenios y los de izquierda únicamente uno, el actual (2018-2024). Por cierto, no sé si por ser la primera vez, los opositores se muestran temerosos o preocupados de que continúe la izquierda durante otros sexenios. Lo que sí es evidente es su inconformidad, no sólo de los partidos políticos sino de quienes ostentan el poder económico (muchos de ellos gracias a las canonjías recibidas por los gobiernos anteriores) utilizando a informadores, columnistas, líderes de opinión, intelectuales, empresas, consorcios, jueces, etc., para lograr su objetivo: evidenciar un supuesto mal gobierno y así, recuperar los votos mayoritarios que en un tiempo disponían (voto duro) y que en la elección próxima pasada los obtuvo la actual administración nacional.
Ante estas características, este 6 de junio se verá quién triunfa, es decir, por un lado, quienes confían con mantener los votos recibidos hace casi tres años o los otros, quienes buscan mediante recursos económicos, uso de los medios de comunicación y presión laboral, recuperar los votos que les permitan legitimar su retorno al poder político.
En Tlaxcala y en 14 estados más se elegirán gobernador o gobernadora, aquí como ya es costumbre las elecciones ya levantaron pasiones, tanto en los 60 municipios para nombrar presidentes municipales y de comunidad, como a nivel estado para nombrar a quien encabezará el próximo poder Ejecutivo. Por tal razón, familias, vecinos, amigos, quienes creen que podrán encontrar un trabajo o no perderlo con las nuevas administraciones, etc., están activísimos. Sin embargo, los candidatos a diputados tanto federal como estatal, comparándolos con los dos primeros, andan muy pasivos. Como que a la gente no le interesa o simplemente no le dan la importancia correspondiente quiénes integrarán los Congresos. Lamentable error.
Las encuestas nacionales y de mayor prestigio anticipan el triunfo de la candidata por la coalición “Juntos Haremos Historia” representada por Lorena Cuellar Cisneros, aunque algunas encuestadoras estatales señalan a “Unidos por Tlaxcala” encabezada por Anabel Ávalos Zempoalteca como posible vencedora. Quien tienen mayor credibilidad son las encuestadoras nacionales, aunque la realidad sin duda alguna, la tendrán los votantes el próximo 6 de junio.
Concluyo, la conformación de coaliciones me parece una acción simple para lograr el poder por el poder mismo, su origen ideológico fundacional de los partidos políticos coalicionados, en teoría no les permitiría buscar juntos el poder político, sin embargo, aplican la frase: “en el amor y en la guerra todo se vale”, ahora también en la política. En consecuencia, son los ciudadanos mediante su análisis, reflexión, convicción y memoria histórica, quienes elegirán a sus representantes en el Congreso de la Unión, en el Congreso estatal, en la gubernatura y en las presidencias municipales y de comunidad o ¿usted qué opina?
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