Al inicio de la semana (28/06/21) se realizaron dos eventos que llamaron mi atención y seguramente también a quienes fueron testigos o se enteraron a través de la prensa o medios electrónicos. Me refiero a la marcha realizada por la delegación D-IV-1 de jubilados y pensionados de la Sección 55 del SNTE y la presentación del libro “La Universidad Autónoma de Tlaxcala un Anhelo Alcanzado”. En la primera, personas de la llamada “tercera edad” expresaron mediante pancartas y discursos su inconformidad por los malos servicios y reducción de prestaciones. Al final, entregaron un documento al gobernador del estado, señalando diversas anomalías por parte de Pensiones Civiles del Estado de Tlaxcala que afectan directamente a los docentes jubilados. Así mismo, destacan en el escrito la recuperación de 19 mil millones de pesos desfalcados a la institución antes mencionada.
La movilización de las personas adultas, sin importarles la lluvia, demostró la conciencia de lucha que existe entre esa generación que seguramente en sus años de servicio educativo activo, fueron protagonistas de diversos movimientos de reclamo a sus derechos laborales y económicos. En esta ocasión no dudaron en salir a la calle para manifestar su inconformidad por el socavón económico recrudecido en los últimos años en Pensiones Civiles.
En sus reclamos expuestos a la opinión pública durante su recorrido por las calles de la capital del estado, aseguraron que, por varios sexenios gubernamentales, incluido el que está por terminar, han utilizado a Pensiones Civiles como “caja chica” para financiar campañas políticas o cubrir deudas de otras áreas gubernamentales, además, desatender la adquisición de medicamentos, atención médica, limitación de préstamos a corto plazo e hipotecarios, entre otros derechos a favor de los docentes jubilados y seguramente de los activos. Lo peor, decían en sus reclamos, destinar parte del erario de la institución a cuentas personales bancarias de algunos funcionarios.
Las marchas por muchos años se han realizado en diversos países del mundo, desgraciadamente muchas de ellas han terminado en masacres. En México tenemos dos tristes experiencias muy lamentables: “La Matanza del Jueves de Corpus” o “El Halconazo” (llamado así por la participación del grupo paramilitar denominado “Los Halcones”, quienes fueron señalados como los ejecutores de cientos de estudiantes) el 10 de junio de 1971. Ese día se festejaba la fiesta de Corpus Christi dentro de la religión católica, de ahí también el nombre. La otra, el 2 de octubre de 1968 conocida como “La Matanza de Tlatelolco” donde fueron asesinados cientos de estudiantes al momento de iniciar un mitin en la Plaza de las Tres Culturas en el Centro Habitacional Tlatelolco, después de haber realizado una imponente marcha. Luis Echeverría Álvarez y Gustavo Díaz Ordaz señalados como los culpables directos de lo ocurrido en Tlatelolco y únicamente Echeverría Álvarez del Halconazo.
Una marcha la podemos entender como una manifestación pública en donde se expresa una protesta ya sea de índole económico, político o social. Expresando por parte de los manifestantes, un apoyo o rechazo a una persona, gobierno, ley, etcétera. Comúnmente, si no existen respuestas favorables a sus demandas los quejosos realizan otras acciones: paros, plantones, bloqueos de carreteras, tomas de oficinas, entre otras más.
La lucha de los jubilados y pensionados sin duda es justa, esperemos que con la marcha realizada obtengan respuestas favorables a sus demandas de manera inmediata. No sería honesto por parte del gobierno estatal y del actual director de Pensiones Civiles, heredar tan grave problema al gobierno próximo inmediato. Los hechos y el tiempo nos mostrarán los valores humanos de los actuales directivos.
Por otro lado, en el patio de la actual Secretaría de Cultura antes Instituto Tlaxcalteca de Cultura, Palacio de la Cultura, Colegio de Bachilleres del Estado de Tlaxcala (COBAT), Instituto de Estudios Superiores del Estado (IESE) y mucho antes secundaria y preparatoria, se presentó el libro titulado “La Universidad Autónoma de Tlaxcala un Anhelo Alcanzado” por parte de su autor Antonio Flores Gracia. De manera sucinta, la obra narra la presión política estudiantil ejercida por parte de la Federación de Estudiantes Tlaxcaltecas (FET) y de los directivos del IESE (por cierto, el autor del libro era el director de la institución), para que el presidente nacional en turno Luis Echeverría Álvarez aprobara la creación de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT). El 20 de noviembre de 1976 se inauguró la institución, su lucha se había consolidado.
Es decir, a través de diversas marchas lograron que el estado tlaxcalteca contara con una universidad, evitando que miles de estudiantes egresados de bachillerato tuvieran que trasladarse a la Ciudad de México, estado de Puebla u otro estado del país para realizar estudios a nivel licenciatura. Evitando a los padres de familia un mayor gasto económico y a quienes no tenían el recurso económico suficiente, truncar las aspiraciones profesionales de sus hijos. Como dato importante, según el autor, el gobernador del estado para ese momento Emilio Sánchez Piedras se oponía a la creación de la universidad, argumentando que el estado no contaba con los recursos económicos suficientes, sin embargo, la experiencia y visión política de Flores Gracia le permitió obtener el apoyo financiero a través de Víctor Bravo Ahuja secretario de Educación Pública. Seguramente por ello y otros factores políticos, el escritor del libro y gestor determinante para la creación de la UAT no fue considerado por el gobernador para ocupar el cargo de rector. Por justicia le correspondía.
Sin duda, la aportación que hace Flores Gracia como narrador protagonista a la historia del estado tlaxcalteca es de gran valía, específicamente en el área educativa dentro del nivel Medio Superior y Superior. En la presentación del libro estuvieron presentes directivos y líderes del IESE y que a la postre se convirtió en COBAT, como: Ernesto García Sarmiento, Héctor Martínez García, Enrique Vázquez Galicia, Esteban Roldán Vázquez, Oscar Curiel Muñoz, entre otros. Así mismo, hicieron acto de presencia exintegrantes del grupo “Los Gavilanes”, quienes a través de la Federación de Estudiantes Tlaxcaltecas (FET) apoyaron a la creación de la universidad.
Para lograr la fundación de la máxima casa de estudios en Tlaxcala, las marchas jugaron un papel importante, ojalá que la marcha realizada por los jubilados y pensionados (entre otras ya realizadas) les permitan recuperar lo que por derecho les corresponde. Parodiando un refrán, no hay peor marcha que la que no se hace o usted ¿Qué opina?
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